Aún hay vida en el planeta. Se lo dije al símbolo con patas cuando vino a rescatarme a la playa el sábado in the morning.
A mi es que las mañanas post-fiestón me entra soledad existencial. Normal, no importa a qué hora ni en qué estado me eche –sólido, líquido, moribundo- a las diez de la mañana estoy en duermevela pero con consciencia. Y, claro, a esas horas a ver a quién coño despiertas para que te acompañe en el sentimiento. Un sindios vaya. Y tirar de vida interior, mucho peor, que mis conversaciones intrínsecas resaquiles son tipo esta:
- “ ¿Nena estás por ahí?”
- “Sí hija sí, por aquí sigo”
Corto y cierro, fin de la transmisión.
12 a.m, playa de San Lorenzo. Ya de no dormir darme un bañito a ver si se me quitan las legañas anímicas. Llego y me entra la crisis, que ahora estoy misántropa (con a) y me agobia lo que es el género humano. El que se salve que tire la primera piedra, dice uno, en plena frente le alcancé, que se joda por plagio. Me consuela que no estoy sola en esto del esguince empático, símbolo con patas y la ciclotímica también están lesionadas y la de los repámpanos está en camino. Claro, claro, diáfano, lo veo. A la Ch ni la cuento porque ella es Miss Antropa siglo XXI por derecho propio y votación popular.
Debe ser el calor. Lo malo es que nos juntamos y surge el afamado fenómeno de la retroalimentación. Que si que fea es la gente, que si que bobos, que si mira a ese que lleva la coleta a juego con el niki. Tarde de víboras y mi odio hacia el mundo se acrecienta. El otro día me dijo un colega que si nos casábamos y criábamos misantropitos juntos. Le contesté que sí claro, no se me ocurrió motivo mejor para unir dos cuentas corrientes, bueno corriente la mía, que él es un teórico pero en bien pagado. Le llamé ayer y le conté que la ciclotímica, que es psiquiatra aficionada, opina que soy hipomaniaca. Dijo que me seguía queriendo. Es lo bueno de los misántropos que entre nosotros nos lo perdonamos todo. Por cierto que al día siguiente me puse triste, sólo por joderle la teoría a la otra. A la mierda la excentricidad eufórica, con tal de molestar lo que haga falta y más. Yo soy así.
Lo raro es que hoy sigo estando triste. No cabreada, no feliz, no histriónica, no agobiada, no acelerada, sólo triste. Desayuné, puse una lavadora, tendí, barrí, fregué. Dolor de cabeza, angustia, malestar general, diagnóstico claro: borrachera pasada, resaca de champán. Pasará, todo pasa. Me mató que, cuando fui a ducharme, tropecé en el espejo. Y me miré a los ojos. Y tuve unas ganas terribles de llorar.
Puede ser el cansancio físico y vital que me supera. Puede que se agote el carácter hirsuto por el túnel de mis piernas y la sequedad de ojos. Puede que la casa esté aún apagada y mi sentido de la orientación no se defienda a oscuras. Puede ser, también, que la misantropía se haya hecho tan y tan densa que ha tomado cuerpo y cara y alma propia. Y ahora, ella, también me odia a mí.
Roma ha caído.

3 a los que les dio por decir que...:

¿Qué será de nosotros?

7:31 p. m.  

Y PUNTO PELOTA, JEJEJE. ¿Cuánto tiempo hace que no hablamos?? ¿Cuánto me he perdido???
DIOS!!!!!!!!!!!!!
Hoy tarde en el Carmín, pero de esta semana no pasa el vernos y que me cuentes.
A cuidarse, y tranqui, que ye muy bueno enfadase.
Besines

2:30 p. m.  

¿Drilamusa me lee? ¡No me lo puedo creer!, ¡El fin del mundo se acerca! JAJAJAJJAJAJA
Ya sabes dónde vivo nena, y cuidao con las autóctonas Carmineras que nun se anden con bromes ;-)
Besines (Y punto pelota)

3:03 p. m.  

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